miércoles, 9 de octubre de 2019

DANI CAMPOS y los valses

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Allà por 1991 le pedì a mi buen amigo Daniel Campos Otero (Dani) que me grabara unos valses que le habìa escuchado cantar y que quería escuchar más para aprenderlos a tocar y cantar con mi rústica voz de aficionado. Y grabamos este caset que ahora cuelgo en el aire, como muestra del repertorio clásico y valioso de la música criolla del siglo XX. Dani era guitarrista, amigo del compositor Manuel Acosta Ojeda, a quien yo conocía desde el lejano 1974. Manuel le había puesto la chapa de "Escopeta de bandido", por la manera en que llevaba la guitarra colgada de la espalda y su actitud arrogante y desenvuelta. Demás está decir que habíamos pasado muchas noches de peña y de Saycope y de hacer música por aquí y por allá . Fue mi testigo de matrimonio en 1990. Le llamaba la atención mi tema "Mensaje en una botella" y grabamos con él mi canción "El hombre lobo". Era bueno para la risa y los acordes.
En la foto que aparece líneas arriba, los tres del centro ya se fueron. Manuel Acosta Ojeda, Abelardo Vásquez (en su peña tocaba guitarra Dani) y Daniel Campos. Mónica Rojas aparece a su lado, y anda por Estados Unidos. Dani murió atropellado por un auto en la avenida Javier Prado, junto a su esposa, una noche de 1992.
En este caset que guardo, Dani canta lo siguiente:
1. "Humanidad", Pablo Casas
2. "Vida", Pablo Casas
3. "Esperarè" Pablo Casas
4."Desdeñosa" Miguel Correa
5. "Donde estàs amor" canta Manuel Acosta Ojeda
6. "Asì como te quiero" Manuel Acosta Ojeda
7. "Siempre" Manuel Acosta Ojeda-Carlos Hayre
8. "Visiòn fugaz" Augusto Ballòn
9. "Eternidad" Buenaventura Muñoz
10."Siemprevivas" Amparo Baluarte-Nicolas Wetzell
11. "Cambalache" Enrique Santos Discepolo
12. Jarana, marinera limeña
13. "Humillado", Pablo Casas
Años después, el 2005, publiqué mi libro "Sombra del Sol", e incluí este texto que escribí para su memoria.


SONATINA

Así pues te fuiste y lloré sobre el piano.
No porque te habías ido sino porque yo todavía estaba aquí.
Desde entonces algo brilla en el fondo de lo que llamamos realidad
y volteo la cabeza tratando de sorprender al sigiloso.
No encuentro en el fondo de los paisajes urbanos ni rurales
más que un cielo simulacro de mi imaginación
Y como siempre, espero verte por ahí.
Algo parpadea en el fondo de todo lo que miro.
Es irreal: seré yo, o la imagen de la muerte.


En el texto se recogen, sin mencionarlas, algunas conversaciones con otras personas. Antonio Cisneros, en la segunda línea, cuando me preguntó por el día que le dije que había ido a ver a mi padre moribundo y le conté que él se había puesto más triste que yo, al verme. También la idea general de la ciudad. Hablando con Carlos Hayre, me decía que Lima no era "Lima cuadrada", sino que a veces parecía "Lima redonda", por la circularidad, porque las cosas a veces pasan y uno se las encuentra otra vez en el camino. Así, no me causaría ninguna sorpresa encontrarme con alguno de los nombrados, los que ya no están por acá, en alguna de estas noches de Lima, de lo tan bromistas que eran. Son capaces de reaparecer. Y eso pasa con la música criolla. Los buenos valses nos hacen recordar. 
Música maestro.

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