jueves, 8 de mayo de 2014

"Yo solamente seguía la corriente"


ENTREVISTA a PIERO BUSTOS


Piero Bustos es autor y compositor, integrante y fundador del grupo Del Pueblo. Cuenta acá algunos detalles de su vasta trayectoria.

(De “Informe confidencial sobre la poesía de los 80s”, en proceso)

Tú qué estabas haciendo en 1980
¿Exactamente? En 1980 salía de haber participado en el movimiento estudiantil que luchó contra la dictadura de Morales Bermúdez en conjunto con otros actores sociales, llámese el SUTEP, la CGTP y otros; lograron hacer que hubiera una Asamblea Constituyente y después elecciones, y cuando vino la vaina de las elecciones toda la gente que se había fajado para poner un gobierno de izquierda, porque era mayoría la huevada, el país estaba absolutamente, digamos, encaminado hacia la izquierda, hubo una traición, esa huevada que nosotros vimos que se pelearon entre los dirigentes, los troskos querían estar a la cabeza, se desarmó el globo, ¿no? fue un desastre, cada uno fue por su lado, rompieron muchas ilusiones.

A qué colegio ibas?
Al Melitón Carvajal.

También te decían Piero?
No, es más, era perfil bajo, era un poco mayor porque había repetido dos veces. (ríe) Pero uno de mis contemporáneos, que ha estado conmigo en la vaina, en la  toma de colegios,  era Pavel Bello. Con uniforme escolar nos poníamos a hablar en la baranda en uniforme de colegio, puta mira ve esta vaina, pero no tan profundamente. Era los tiempos del famoso CCUMES, Comité Coordinador y Unificador del Movimiento Estudiantil Secundario.

¿Ahí también estaba Domingo Ramos?
No sé, dicen que había estado al principio, pero lo conozco a Domingo cuando salieron otras facciones en secundaria, cada partido tenía su representación. Como CCUMES estaba ligado a Patria Roja, me acuerdo que los del PC Unidad sacaron una, y los de Clase Obrera sacaron otra. Y de ahí es donde conozco a Domingo, que estaba en el CODES: Comité Organizador Estudiantil Secundario. Cada partido tenía su representación, como CCUMES estaba ligado a Patria Roja sacaron una y los de PCR sacaron otra, o sea estaban en el otro lado, antagónico se podría decir.
En esa situación fue que la desesperanza, toda la desilusión, así que el 80 mismo, a la muerte de John Lennon, volví a retomar mis sueños de hacer música. Yo tocaba, pero era esporádico. Si iba con la guitarra a algún lugar, era para hacer una veladita. Porque yo he tocado música (criolla)con los hermanos Barahona, hasta el 75, 76, de ahí la guitarra la encajoné como tres años.
Y el 80 la vuelvo a retomar, hice un grupo de folklore: Pacariy; estaba Nayo, Manolito, Andrés Pari, pasaron varios. La  guerra recién comenzaba, tú veías acá focos, dentro de lo que había sido el folklore latinoamericano.

Y de los poetas cual fue el primero que viste que vino con el rollo de la poesía, que te dijo “yo soy poeta”, o “la poesía”, ese rollo…
Mira, hasta ese momento así, sinceramente, puta, era un bárbaro en lo que era cultura literaria.

¿Qué habías leído?
Nada.

Vallejo
Lo que pasa en que en el colegio querían endilgar…

¿Korín Sellado?
Había en esa época en los colegios una reforma educativa, entonces los profes medio socialistones te metían lecturas: Vallejo, Mariátegui. Pienso yo ahora iban en contra, te lo metían así como un curso así más, no lo hacían atractivo. Más bien lo que sí podía haberte dicho: leí principios de marxismo, el Manifiesto Comunista, Martha Harnecker; eso estaba, me parecía que en realidad, hasta ahora, que voy a manifestaciones no he perdido mi vena, sigo en esa línea me parece que yo encontraba ahí poesía más bien.

Cuándo fue que viste a los poetas
Por ahí nomás. En la canchita de San Fernando yo veía recitar a cada compadre que era pues un remedo de poesía, todo engoloso, ahora son mis patas, por ejemplo el Poeta Anarco…

…Jovaldo…
A Jovaldo también lo he visto.
Ese era el concepto de la poesía que se manejaba en esa época, o sea la social, pero no conocía, no tenía contacto con un ser de esa dimensión, el primer contacto que tengo es cuando supuestamente en el Lawn Tennis de La Victoria, en la avenida Iquitos, estaban presentando un libro, creo que de Gamarra, de Hora Zero,  increíble, o sea Cloaca no es el primero que invita a Del Pueblo, es Hora Zero. Nos invitan a tocar un par de canciones y ahí es donde tocamos “Posesiva de mí”, y según lo que he cruzado informaciones, la mancha comenzó a bailar con ese ritmo sandunguero, pero no era copia, era extraño, estamos hablando del 81, ese era el verano del 81, o tal vez, no sé exactamente la fecha, es el principio, porque a raíz de esas conversaciones que tiene Roger, que es el más sapo de todos, se encuentra de hecho con Richard Silva, los dos eran chicos bastante… Imagínate pues a Roger y a Silva, ellos se encontraron por primera vez, ese fue el primer encuentro del grupo con el grupo Cloaca, o sea que hablaron hasta por los codos e invitaron al grupo para que participara en una onda de Cloaca, hasta ese momento yo no he hablado con  nadie, yo solamente seguía la corriente, lo que es cierto es que concretamente, es más, yendo a tocar en los recitales de Cloaca que hacían en el auditorio Miraflores, tomar unos tragos y compartir un escenario no significa que tú estés haciendo un trabajo colectivo, nada que ver, éramos invitados, tocábamos, chupábamos un rato y listo, chau..
El verdadero encuentro se da cuando Roger comienza a buscarme en mi casa para comprar grifa; entonces íbamos a comprar grifa y había un espacio de tiempo para hablar. Como Roger era hablantín, metía letra y hacía que yo abriera mi capacidad de expresión porque yo hasta ese momento no decía ni pío porque justamente no sabía ni mierda, entonces me comenzó a meter el bicho y los datos, la curiosidad, por encontrar movimientos similares a los de nosotros, y también la poesía, la básica, la americana del cincuenta, los clásicos.

Tu referencia antes era la nueva canción, los grupos de música, los poetas del socialismo…
No podría decir eso, aun si hubiera tenido acceso a los poetas del socialismo, digamos Roque Dalton…

No, te digo esos patas que recitaban en la canchita de San Fernando…
¡Esos, esos! Digamos, los poetas proletarios, que recitaban cosas sociales, pero mal llamados sociales, porque tú sabes que esa vaina… Pero en realidad, ahora, con el tiempo, tú ves eso claramente, no es  poesía, es un panfleto. Justamente por eso creo que no me identificaba.

¿Tú has escrito poesía?
No.

¿Tus canciones no son poesía?
Hay bastantes personas que dicen la diferencia entre un texto cantado y la poesía, depende cómo la veas. ¿Para qué vas a titular una cosa tú? Una canción es una canción. Un poema, por ejemplo, no necesita música, ya tiene música encima, es una disciplina total. En cambio a una canción sácale la melodía, la lees, algunas partes tienen fuerza, tú la cantas y revientas a la gente. ¿Tú como ves eso? Hay una diferencia, ¿no? Tú si haces poesía y música.

Digamos que hay cosas que están más cerca del habla. Lo que habla cualquier persona. A veces las canciones hacen eso, a veces los poemas también. Se ponen al nivel del habla, y a veces es más bacán. Habría que poner ejemplos.
¿Pinglo era un poeta?

Pinglo podía escribir como los poetas. Hay la figura social del poeta. Uno puede escribir una cagada de poemas, y ganar cámara en periódicos, cócteles y conferencias. Hay el rol “social” del poeta.
Ah no, eso no.

CLOACA


¿Cuándo viste a los de Cloaca?
Ellos se acercaron a Ricardo Silva en ese evento que te digo de Hora Zero, y lo invitaron a un evento que iban a hacer, estaban todos, Mary Soto, Domingo... Habían ido, por esa época no habían sacado sus manifiestos, marcando distancia con Hora Zero, ahí estaban, a mí me dice Ricardo, oye,  hay una invitación, he conocido unos poetas que son así ultra locos, fuman grifa, todo chévere, vamos a ir a tocar. Bueno, para mí, como te digo, iba por donde se abrían espacios. Ricardo era el que había a abierto contacto con ellos.
A la hora de lo intelectual, esa nota, Santivañez se me acerca mí y me pregunta si podía conseguir un poco de material, le digo que sí, entonces yo no iba a un sitio, él venía a mi casa, tocaba la puerta y nos íbamos caminando hasta Matute, y mientras caminábamos, que eran unas seis o siete cuadras, hablábamos pues, yo metía letra,  le daba al asunto, y de vuelta a mi casa ahí también hablábamos, establecimos una comunicación, y ahí comencé a interesarme en lo que él me contaba.
Había unos que paraban con los de Hora Zero: Paco Guzmán, Soto.
No conocía a nadie, ni los había escuchado, a todos ellos los he conocido después. Nada, cero.
La cuestión es que hacemos los recitales con Cloaca, es ahí en donde yo me siento  a escuchar esa mancha, esa generación, tú sabes, los seis, siete que eran ellos, se presentaron todititos: Malca, Patricia Alba, Chanove, eran como veinte; y encontré musicalidad en eso y me interesé, me interesé tanto que al pelear Dalmacia con Roger, Dalmacia se me acerca a mí, básicamente bajo el mismo mal, de comenzar llevándole un poco de material, y que comenzamos estando una temporada, y esa temporada -donde también te conocí-, es mi primer encuentro con un poeta, ahí es donde yo descubrí, en su cuarto los libros, los agarraba los llevaba a mi casa, bajo la influencia digamos, también de poder conversar con Dalmacia.  Cuando me acuerdo es graciosísimo.
Me quería meter letra Dalmacia, nos habíamos quedado solos en una mesa y había oportunidad de hablar. Ella me preguntaba:
-¿Qué has leído? ¿Has leído algo últimamente?
–No, nada.
-¿Y qué películas has visto, has ido al cine?
-No, no voy al cine.
No había ido al cine. O sea no había nada, no había posibilidad de hablar conmigo. Puta, me puse mosca, y comencé en el buen sentido de la palabra, a culturizarme, a ponerme al día, eso es importante.
Ahora tú sabes cómo es, está más cerca el internet, pero entonces conseguir un texto era dificilísimo, la gente tenía un libro y no te lo daba ni cagando, eran tesoritos.

MANIFIESTOS

¿Y te adheriste a los manifiestos de Cloaca, firmaste algunos?
No, pero me sirvió a mí, yo como epígono, con el Negro Acosta, nos sirvió para sacar nuestro manifiesto y expulsar a Richard Silva, bajo el mismo formato. Pero la expulsión que hicimos nosotros fue más consensuada. La película lo dice: se encuentra Roger con Edián Novoa y dice “vamos a expulsarlo”; se encuentra al día siguiente con que Roger había hecho un manifiesto. Se nota ahí que no hay una cuestión orgánica, en cambio nosotros sí, estamos con la influencia de deslindar con gente, pero sí nos reunimos orgánicamente en una mesa la mitad de la banda y decidimos ponerle un pare a Ricardo Silva y su gente que habían grabado en CBS un disco con canciones mías sin permiso. Eso era tan grave que dijimos  vamos a denunciarlo a la opinión pública.
Entonces hicimos ese manifiesto acá en el Wony. Utilizando la misma retórica de Cloaca, expulsando para siempre, la eternidad, a Ricardo Silva y compañía por traidor y oportunista, firma el grupo Del Pueblo; hicimos un huevo de volantes, lo hicimos a la usanza antigua,  con mimeógrafo casero.
El día del concierto, que era me acuerdo en la Quinta Heeren, se presentaba Del Pueblo -de Richard-, y nosotros llegamos antes del concierto y a nosotros como nos conocían, en la puerta estaban familiares de ellos, no nos iban a dejar entrar, al que no conocían era justamente a uno que le decíamos El Vate, que recitaba cosas así de poeta festivo, era nuestro arlequín, el pata era amigo también de la otra banda, él estaba con nosotros, le dijimos: tu eres el único que puede entrar; se metió pues con volantes y cuando estaba tocando Richard comenzó a repartirlos, y eso me cuentan que en un momento nadie veía la música todos estaban leyendo, empezó a repartirlos. Y eso lo tengo en el periódico. Salió en El Comercio, qué pasará, decía, el destino se torna oscuro con este grupo que tenía brillante4s perspectivas, en un momento dado circuló el volante, hacen la crónica, ¿no?, entonces eso nos acercó mucho más a Cloaca, entonces sí comenzamos a coordinar con Roger acciones, posibilidades de tipo cultural.

Si no habías seguido la ruta de “la poesía”, que te había impresionado de la música por entonces, ¿la nueva canción, Led Zepelin, El Polen?¿Cuál era tu perfil en los 80, los Barahona?

Para mí, lo que siempre he guardado adentro, y por eso me voy a ir a ver a Paul MacCartney , me voy a cumplir ese sueño, no pude verlo la primera vez; ahora tengo unas chambitas más que me van a permitir verlo tribuna popular. Pero ese huevón,  en mi vieja grabadora de carrete yo grababa las canciones de una forma artesanal, de un programa de radio que se llamaba “El show de los Beatles” y que salía el año 74, yo tenía de 13 para 14.
Esa vaina, yo tenía mi guitarra, apenas la rasgueaba, escuchar esa vaina, en la radio, no había FM, sino AM, fue un zapateo, porque cada canción, cada tema, me abría a mí perspectivas, y lo que yo después he descubierto es que, por ejemplo, sin hacer un ejercicio técnico, erudito, musical, para mis canciones, arreglos, etc., pero sí tengo la capacidad de poder no ser lineal, sino que puedo hacer un ritmo, puedo irme a otro ritmo y volver al ritmo original, y eso lo aprendí de escuchar canciones como “Uncle Albert”, de Paul MacCartney solo; cambia, tres veces, y vuelve otra vez.
Ya para esa época no existían los Beatles, escuchaba música propia de cada uno de los cuatro.

Y las letras, ¿cómo te enterabas que decían?
Hasta ahora no sé qué mierda es el inglés, hay una anécdota importante, estaba en Turquía, con el Negro Acosta, ahorita, el 2006, los patas, se para uno y dice: queremos hacer una pregunta a los compañeros, con traductor: ¿por qué los compañeros del Perú no pueden hablar inglés?, no hemos podido comunicarnos con ellos fluidamente.
Yo miraba al Negro, estamos cagados Negro, vamos a salir como burros de acá, por lo menos unos ociosos de mierda, le digo, déjame hablar: “Bueno, queridos camaradas, nosotros en nuestro país, cómo no, en la escuela te enseñan el inglés pero nosotros particularmente hemos optado por no querer hablar el idioma ni aprender el idioma del imperialismo”. Una salida por lo menos, aunque no nos creyeron. No hablas bien ni el castellano y…. Deberíamos hablar quechua; qué tragedia,. Esa es una de las cosas de las que me voy a arrepentir todavía hasta que muera: no puedo hablar quechua, así como no sé bailar el huayno, me da vergüenza, parezco un extranjero.

YO CANTABA RAPHAEL

¿Qué opinas de la reciente detención de Walter Humala, lo viste también por los 80?
Ah, eres pendejo. No, nada que ver, por entonces no conocía a ninguno de los Humala. En esa época, más bien Walter siempre me ha tenido a mí entre ojos porque supuestamente la gente de la movida me daba bola, se me acercaba, porque veía que mi banda por el hecho de haber cantado “Coche bomba” o “La rebelión se justifica” éramos susceptibles de ser asimilados, y porque no es que nosotros fuéramos la banda de ellos, esto nos representa,  simplemente éramos una de las opciones de una nueva forma de hacer cultura; inclusive estaban mirando quiénes fumaban marihuana, quiénes eran cabros, era una onda bien facha, en ese sentido, Walter Humala estaba detrás de esa gente que decía que nosotros éramos fumones, jipis, eramos parte de las cosas que había que barrer en la nueva sociedad, decía que había que hacer huayno ayacuchano y listo, se acabó; pero Walter Humala se va a México, después de  haber estado en Canadá.
La única vez que lo vi fue en una vaina del arqueólogo Lumbreras que presentaba un libro, yo había ido de sapo, el pata estaba hablando. Yy al final pidió la palabra Walter Humala, habló y lo cagó a Lumbreras, en pocas palabras le dijo eres un revisionista. Pero planteaba bien sus cosas, exponía,  no lo vi más, hasta que el 98- 99, por ahí, que regresa, el pata pasa por el Averno y me ve y me mete loro.
-Oye, te he estado buscando.
- Qué tal Walter.
-Tú sabes que he estado en México,  me dice, y he visto cosas impresionantes, ahora sí puedo hacer que mis canciones suenen en variedad de ritmos, quiero conversar contigo para ver la posibilidad de hacer algo con el rock.
Ese fue el verso, no me llamó nunca, después lo v i qué estaba haciendo.
Yo iba a visitar a Marisa, y el pata era el que llevaba los equipos; su onda, su gente, claro, pero musicalmente estamos lejos, yo no sé si “La rosa roja”, todos esos temas, tienen algún valor para el huayno comprometido, revolucionario, pero no lo escucho; o sea lo escucho, lo dejo ahí. Más me vacila Ranulfo Fuentes. Puta madre, huevón, ese tipo de huayno sí me vacila.

¿Cuál es tu canción favorita, de las tuyas propias?
Eso es imposible. La canción que más me gusta es la que estoy terminando, estoy obsesionado con acabarla, la que estoy terminando, las otras forman parte ya de tu…. Más bien las canciones que no me gustan, “Escalera al infierno”, ya no quiero tocarla en ningún lado, porque esa vaina me llega al pincho. O “Posesiva de mí”, igual.
Por decirte una: me gusta “Punto Final”, de Matute FM, que es una canción de amor, que es más o menos como un partido de fútbol, una canción de amor; suena el pitazo final y se acaba el partido.

¿Y canciones de otros?
Conservo el cariño por la música de los Beatles, por MacCartney, increíblemente más que Lennon, alguna cosa progresiva por ahí, sin ser un erudito, de buscar colecciones en La Colmena, yo dejaba fluir la cosa, más que todo yo he sido radiero, mi cultura ha sido radio, no he sido investigador.

En la radio hay de todo
Había un huevo de baladones, 30 años después se escucha la misma vaina, el romanticismo radiero me influenció con, digamos… Yo cantaba, e el colegio, cuando era chibolo, en el colegio, las profesoras me hacían cantar –tenía una voz que después perdí, los 13, 14 años, tipo Joselito- y mi fuerte eran las canciones de Raphael, son bien altas. Pero después he descubierto las canciones, creo que eran de Manuel Alejandro, Raphael componía muy poco, me acabas de hacer acordar. Hay una que si canto, la podría trabajar como un cover, homenaje a mí mismo, la canto con un ritmo más acelerado, mira la letra:

Más dicha que dolor hay en el mundo, 
más flores en la tierra que rocas en el mar, 
hay mucho más azul que nubes negras, 
y es mucha más la luz que la oscuridad. 

Digan lo que digan, 
digan lo que digan, 
digan lo que digan los demás. 

La vaina es que el pata hace una declaración  medio manifiesto, que el mundo está hasta las huevas, y que hay que cambiarlo; eso, bacán; también las canciones que el pata agarraba del folklore…

Una flor en el río 
un paisaje de cielo reflejan las aguas 
del gran Paraná 

Esas te hacia cantar la profesora
A mí me decía “sal a cantar”. Y yo, era mi repertorio, pues.




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