(También “Juan y el
mago” o “Sobre los sucesos ocurridos en la Carpa Teatro del Puente Santa Rosa", en Lima, 1986)
A Juan le avisaron en la municipalidad que estaba quedando un terreno libre frente al
río después de que cerraron el viejo depósito y Juan pensó algo hay que hacer con
ese terreno y fue a buscar a su amigo Aladini el mago que vivía en Barrios Altos
a dos cuadras de su casa. Juan era gordo
y de niño había tenido polio, por eso caminaba
medio chueco, arrastrando una pierna y le decían cojito. Pero
Juan no se arredraba. Tenía un puesto
de fruta en el mercado, donde trabajaba también su mujer con su madre y sus hijos,
y él cumplía un horario de obrero en el teatro de la municipalidad.
A Juan le gustaba hacer
cosas donde estuviera en contacto con la gente pues paraba todo
el tiempo hablando y saludando
hola que tal
como estás hermano, qué tal y podía perder
media hora con cada persona que se detenía a hablar, era bueno para eso. Fue donde su amigo el mago y le propuso de una vez, de frente, ahora
en este instante hacer un circo en ese terreno donde no hay nada, frente al rio.
El mago estaba por entonces atareado en practicar el número que hacía el gran mago Houdini: colgado de lo alto, de cabeza de una viga
o un edificio, atado con una soga en llamas, él escaparía. Probaba una soga untada con alumbre,
para que no se quemara rápido. Uhmm, dijo, un circo en ese terreno, necesitamos una
carpa. Creo que sí se puede, dijo después de pensar un rato y volvió a colgarse
de la viga en el techo, Practicando el acto de fuga.
Juan se fue a mesa de
partes en la municipalidad y dejó una solicitud
al alcalde de la ciudad pidiendo que se hiciera una carpa circo para la cultura
de los pobres en ese terreno vacío.
El papel pasó por varias oficinas que lo inspeccionaron y revisaron, hasta que se amontonó con la serie de cartas y pedidos que recibía diariamente el alcalde. La secretaria se lo leyó en voz alta, mientras la autoridad se preparaba para recibir la visita de una princesa europea.
El papel pasó por varias oficinas que lo inspeccionaron y revisaron, hasta que se amontonó con la serie de cartas y pedidos que recibía diariamente el alcalde. La secretaria se lo leyó en voz alta, mientras la autoridad se preparaba para recibir la visita de una princesa europea.
-Esto suena interesante. Vamos a ver ese terreno en la tarde. Avísale a ese chico para ir con él, que me lo muestre y
me explique su idea.
En el teatro el director se sorprendió cuando llamó la
secretaria del alcalde para citar a Juan
a una reunión esa misma tarde.
- ¿Qué te traes en las manos?, ¿se puede saber en qué te
has metido? preguntó el director.
- Es el viejo proyecto
- ¿El de la película
de Mozart?
-No, el de la carpa
teatro.
- ¿Has encontrado dónde?
-Creo que sí.
El director lo miró taciturno. Tantas veces le
había hablado Juan de su proyecto
de poner una carpa en la ciudad y no le había
hecho caso. Ahora se contactaba con el alcalde...
A las tres de la tarde el alcalde llegó al
terreno junto al río, muy cerca de un puente. Caminaron por el lugar lleno de
basura. Después de dar la vuelta al
espacio de unos cien metros
por treinta, el alcalde le dio la
mano a Juan y lo felicitó por su proyecto.
Muy bien , le dijo, tienes todas las
autorizaciones que necesites, pero no tenemos plata para nada. Tendríamos que escribir
un proyecto, asignar personal y darle un
presupuesto de la municipalidad y eso demora por
lo menos un año.
Somos una ciudad pobre.Busca gente e instituciones que te ayuden. Desde ahora eres un promotor cultural especial.
Juan_ no se desanimó. Ya
era mucho contar con el respaldo del alcalde, la máxima autoridad de la ciudad.
Se dieron un apretón de manos y se despidieron. Juan le
dijo:
-Ya, yo lo invitaré para el día de la inauguración.
- Bueno, yo vendré.
Y
Juan empezó a trabajar con su amigo Aladini. Lo
primero
que necesitamos, le dijo elmago, es
una carpa. ¿De dónde vamos a sacar una carpa? Son muy caras para nosotros que no
tenemos nada.
- Haz magia pues.
-Tengo una idea, no te burles.
- ¿Qué vamos a hacer? ¿Pintamos una carpa
en el aire?
-No, la cosemos.
La idea de Aladini era coser una carpa a
partir de retazos de tela.
- ¿Y dónde conseguiremos tantos retazos?
¡Va a quedar peor que la colcha de mi abuela!, dijo Juan.
-Vamos a pedir a las panaderías que nos regalen los sacos
vacíos de harina de trigo que ya no usan después de hacer
el pan. Son sacos de buena tela, blanca. Los abrimos y los cosemos uno junto alotro.
-¿Y cuántos necesitamos?.
Aladini hizo cálculos durante unos minutos
escribiendo en el suelo con una piedrita, borrando. Multiplicó el tamaño de un saco
por el tamaño de la carpa. Y finalmente dijo: necesitamos 800 sacos para una carpa
pequeña, 2000 para una grande y doble, reforzada.
- ¿Y cuánto tiempo nos tomará el coserlos?
Aladini siguió calculando ( o hizo corno
que calculaba) y después de un rato dijo:
- Dos meses para la carpa chica, un año y
tres meses para la carpa grande.
- Ya, nos quedamos con la carpa chica y después
le agregamos partes. Hay que empezar de una vez, dijo Juan.
Y empezaron a recorrer las panaderías del
centro de la ciudad. Todos sus amigos también
empezaron a recolectar
sacos vacíos de
harina. Juan se
levantaba muy temprano e iba a las panaderías que estaban abiertas desde el
amanecer. Perdía bastante
tiempo conversando, saludando y explicando
el proyecto
cultural de la Carpa Teatro a los dueños de las panaderías, y estos lo escuchaban
con atención, asentían gravemente, como si se tratara de un asunto muy urgente,
y terminaban regalandole los sacos que tenían
y avisándole que regrese para dar1e los que
tendrían en las siguientes semanas.
Lo mismo hizo Aladini con sus amigos del
otro lado de la ciudad. Pronto tuvieron
en el viejo terreno baldío dos torres inmensas, llenas de sacos. Eran más de 400
. Y seguían llegando.
Juan le pidió a sus compañeros de la municipalidad
que le trajeran sacos vacíos de las panaderías.
Algunos no le hacían caso, pensaban que era una broma o que nunca echaría a andar el proyecto.
Otros traían sacos desde los barrios más
lejanos. Pronto Juan y Aladini tenían más de 500. Y como veían en las letras de los costales las marcas
de fábrica, se animaron a ir hasta el molino que producía la harina para pedirles sacos para el proyecto. Les regalaron 500 sacos viejos. En menos de diez días tenían ya casi
dos mil sacos. Aladini lo sabía todo. El tenia un bordado
mágico para unir los costales.
Casi ni se veía la costura. Hizo una pequeña
carpa a escala, con un solo costal y palos de helado y después se dedicaron a coser.
Con grandes agujas, cosían por las noches siguiendo el modelo y el estilo. Aladini
era un mago muy conocido y había recorrido el Perú con circos muy famosos.como el circo
Acapulco o el circo Cavallini, ambos con
carpa y animales domesticados como
el Burro Sabio que respondía preguntas de matemáticas y cultura general con el golpe de la pata. Con
Perlita, la chiva equilibrista, que subía por una escalera haciendo piruetas. Con
las ltalian Girls, que bailaban con gracia y elegancia sobre botellas alineadas
en el suelo. Aladini le contaba a Juan todas sus aventuras en
los pueblos y Jos espectáculos que presentaban para niños y grandes, de cómo él
asombraba a propios y extraños con su pase mágico para el truco del huevo, el de
la paloma y la corbata, tantos que
habían deleitado a los niños de
todo el Perú.
Juan escuchaba con atención mientras cosían, y casi todas las noches que
estuvieron cosiendo, se quedaba dormido en el relato de alguna aventura en un pueblo perdido de la serranía como
la vez en que cruzaron el río Marañón en un ómnibus y vino una crecida del río y nosotros que estábamos en medio del río fuimos arrastrados por la corriente
y partimos río abajo, tuvimos que subimos al techo del ómnibus y....
Pobre Juan, se quedaba dormido en los mejores
momentos. Amanecía cansado, pero igual se iba a trabajar
y estaba muy alegre contándoles a todos los progresos de la carpa teatro.
Y cuándo termines, ¿qué va a haber de espectáculo
Juan?, le decían los más incrédulos, ¿circo de pulgas? ¿Dónde nos vamos a sentar
los asistentes, en una piedra?
Pero Juan ya lo tenía pensado todo. Era el
verano y para el principio de la temporada escolar la gran carpa abriría sus
puertas al público con un gran festival de teatro. Obtuvo del alcalde una autorización
para sacar materiales del depósito municipal, donde se podía encontrar casi de todo,
como un gran basurero de la historia de la ciudad. Allí había desde viejos tranvías
hasta postes y estatuas partidas en pedazos, letreros de calles que ya no existían.
Con el camión del teatro sacó unos polvorientos tablones que limpió y pintó con
Aladini para que fuesen las graderías dentro de la carpa alrededor del escenario.
Su idea inaugural era ya bastante antigua
y la tenía conversada con sus amigos teatreros. En la ciudad había visto a muchos
grupos de teatro popular, infantil y callejero. Iban por los mercados, por las plazas
públicas, por Jos distritos de los pobres, por los colegios. Eran como veinte grupos de teatro que se encontraban a veces los domingos
en las grandes plazas de la ciudad haciendo reír a los concurrentes con sus espectáculos
de canciones y argumentos de animales que se iban a buscar la aventura por los caminos.
Juan los conocía a todos, porque a él le gustaba el teatro, no solo el gran teatro
de la municipalidad, donde venían las grandes compañías internacionales sino también
el modesto teatro donde sus hijos y su esposa reían con él. A veces lloraban de
la risa con la historia del recluta, con los que imitaban a Chaplin, con los que
hacían mimo o representaban al gato con botas. Juan los convocó a una reunión en
el terreno baldío, donde estaban los tablones y los costales de harina haciéndose
carpa. De
los cuarenta grupos fueron siete los invitó a hacer el Primer Festival de
Teatro Popular en la Gran Carpa. Todos los que asistieron estuvieron de acuerdo al instante
e hicieron suyo el proyecto. Es más, desde esa noche fueron a ayudar todas las
noches a coser.

Aladini por su parte había invitado también
a sus viejos amigos de los circos, que vivían en Lima. La temporada
de circos en el Perú es el mes de julio, y en el mes de abril, en que empezaría
la Carpa Teatro, no tenían nada que hacer así que irian y si hay algo para ayudar
te ayudamos, dinos nomás. De esa manera payasos, trapecistas, mujeres elásticas
y hombres come fuego se hicieron habituales en las noches de costura de la carpa.
Los vecinos del barrio entraban y salían.
Les gustaba la idea de un centro cultural en el vecindario. Los músicos empezaron
a pasarse la voz y fueron a ver qué pasaba en ese lugar. Ofrecieron a Juan hacer
conciertos, dar clases de guitarra, de flauta. Ya, decía Juan, a todos los que venían
con buena voluntad de ayudar y trabajar, él les decía que sí. Hizo una programación
para todos los días de la semana.
Con tanto trabajo y tanta gente
ayudando, la carpa empezó a tomar forma muy rápidamente. Aladini plantó los altos
palos de eucalipto en el terreno que
todos terminaron de limpiar y aplanar. Alzó los paños uno a uno y templó las
sogas de cada parte. Sus amigos del circo venían y ayudaban por algunas horas.
Llegó un tipo que dijo ser alemán y andaba de viaje y era pintor. Quería decorar
las paredes alrededor de la carpa y ayudar en los carteles. Llegó Jorge Acosta y también Piero Bustos que
tocaban en un grupo musical y le dijeron a Juan para hacer un festival de rock. Para
esas alturas, ya la carpa no era solo una promesa sino una realidad. Con sus c
costalillos
blancos de harina y los pintores que llenaban de color las paredes con el alemán,
la carpa atrajo algunos curiosos. Pronto escribieron la programación inicial en las paredes. Juan le preguntó
al mago qué nombre quería tener escrito en y él dijo "Aladini el Fantasista”
pero como era muy largo y el pintor era alemán y no entendía el castellano escribió
"Alad el Fantasista” o de repente el pintor pensó que ese nombre más corto era
mejor.

La carpa quedaba en la esquina de la gran
urbe, frente a un puente que cruzaba el río. Por ahí pasaba el presidente del país
muy a menudo, porque había una entrada a un camino en desnivel que llevaba
directamente a Palacio de Gobierno, donde tenía su casa. Y el presidente se llamaba Alad. Al principio no se dio cuenta, porque los presidentes
quizás no miren
mucho por la ventana
del auto o de repente sí pero esta vez el presidente miró
y vio su nombre escrito y ordenó al chofer detenerse frente a la carpa. Se bajó
y se acercó donde Juan. Cuando Juan lo vio se asustó y dijo ahora qué he hecho.
Se sintió culpable.
- ¿Tú has pintado eso en la pared?
-No, pero yo dije que lo pintaran.
- ¿Se trata de una burla?
- No señor presidente,
así se llama el mago, es su nombre. Este es un centro cultural
y está usted invitado a la inauguración el 6 de abril.
Juan paseó al presidente por el terreno,
le hizo ver el río, le habló de la cultura. Diciéndole que volvería y que contaba
con su apoyo, el presidente se despidió.
Juan hizo el
programa: Festival de Teatro todos
los días. Invitó a
los colegios de por ahí cerca con unos volantes que hizo que decían "entrada
libre" y el día de la invitación: lunes,
martes, miércoles, jueves o viernes. Sábados
y
domingos se presentaban todos los grupos de teatro
y cobrarían una entrada muy barata. Como iba a haber teatro
lleno. juntarían suficiente dinero los fines de semana. Distribuyó los volantes
en la casa de los niños huérfanos, en el asilo de ancianos, en el comedor, en las
fábricas del otro lado del río, en las plazas. Los teatreros fueron a los mercados
cercanos e hicieron una marcha con zancos y payasos por las calles del centro anunciando
el inicio del festival.

El primer domingo del estreno, a carpa llena,
el alcalde invitado veía a la Familia Tallarini
haciendo sus bromas a lo Chaplin y al grupo Las Águilas cantando la canción de la pulga vampiro:
Ramiro la pulga vampiro
Es un trapecista de
fama mundial
Vendados los ojos cerrados
Se lanza al espacio
en salto triunfal
Te cae en la espalda
te pica te muerde
Te cae en el cuello
te pica te muerde...
- Vamos a
disponer para la
carpa teatro un
dinero que cobra
la municipalidad por un impuesto a las salas
de juego. Es muy poco, pero
debería servir para promover la cultura en los barrios
de la ciudad y que todos vengan a la Carpa Teatro Municipal.

Juan salió muy contento. Ahora podría hacer
una programación y comprar unos focos de luz y papel y hacer más volantes y dar
a los artistas algo de dinero para sus pasajes y tantas cosas más. Con las lluvias
de julio la fiesta siguió.
La carpa se puso húmeda, cambió de color, se volvió como las ropas de los mendigos y los trapos de la calle, descolorida. Adentro, en la turbia luz invernal seguían los cantautores, los contadores de cuentos, los grupos de rock, la asociación de magos, los danzantes de tijeras, los Negritos de Huánuco, los del sindicato de circos). La gente encontraba calor en las bancas y se divertía bastante y aprendía cosas cuando había conferencias. Con el tímido sol de setiembre y con la garúa constante un extraño fenómeno comenzó a ocurrir en la parte de arriba de la carpa: entre las costuras brotaban unas pequeñas ramas verdes. ¡La carpa estaba floreciendo! De los sacos vacíos de las panaderías que habían contribuido con la alegría, había florecido el trigo y el moho en un alegre jardín verduzco.
La carpa se puso húmeda, cambió de color, se volvió como las ropas de los mendigos y los trapos de la calle, descolorida. Adentro, en la turbia luz invernal seguían los cantautores, los contadores de cuentos, los grupos de rock, la asociación de magos, los danzantes de tijeras, los Negritos de Huánuco, los del sindicato de circos). La gente encontraba calor en las bancas y se divertía bastante y aprendía cosas cuando había conferencias. Con el tímido sol de setiembre y con la garúa constante un extraño fenómeno comenzó a ocurrir en la parte de arriba de la carpa: entre las costuras brotaban unas pequeñas ramas verdes. ¡La carpa estaba floreciendo! De los sacos vacíos de las panaderías que habían contribuido con la alegría, había florecido el trigo y el moho en un alegre jardín verduzco.
Cuando los sikuris tocaban su música bailando, la carpa se inflaba. Los magos continuaban presentando su diario
truco: donde no había nada puede
haber diversión y risa, un poco de maravilla. Los asistentes escribían sus nombres
en las telas alrededor de la carpa. Para ese entonces la tela de la carpa empezó
a deshacerse. Pero recibieron una carta desde Alemania: el pintor había estado mostrando
a sus amigos fotos de la experiencia en el Perú y la municipalidad de su pueblo
ofrecía enviar una carpa de
lona impermeable de regalo. Como la vieja carpa se estaba deshaciendo, podrida por el sol, inflada por la risa y el tiempo
de tanta gente, todos empezaron a llevarse pedacitos de tela a sus casas como recuerdo, pintados de grafitis y nombres. Yo también me llevé uno, todavía lo tengo.. En ese entonces yo contaba
cuentos en la carpa y puedo decirles que después de un tiempo en ese terreno volvió
a no haber nada. Cambiaron al alcalde, y
vinieron tiempos difíciles. Solo quedó la huella en el aire de la diversión y los
instantes de felicidad ahí transcurridos.
Quiero hacer un comentario, sobre una inprecision en lo que has escrito y lo digo en buena onda, porque no es mi costumbre estar metido en la computadora buscando lo que escribe la gente, para después criticar ,pero cuando se trata de algo histórico no puede haber datos equivocados, mas cuando uno es testigo de los hechos.
ResponderEliminarEn primer lugar piero durante el periodo de barrantes nunca organizo nada, quien coordino unas veces y organizo otras los conciertos subtes de esos tiempos fui yo, aparte que trabaje como profesor en los talleres de la carpa, seguro que estas escribiendo de años después ,cuando no estaba barrantes en la alcaldía y juan de dios rodriguez seguía en su chamba de administrador de la carpa .
Piero fue parte de los conciertos o festivales de condor rock donde franklin jauregui y su revista esquina auspiciaban y organizaban estos conciertos . Quiero aclarar también esta parte, antes que la revista esquina, yo había presentado a la municipalidad un proyecto para organizar conciertos en la carpa taller , tenia el auspicio de la escuela de sonido y música LART ,apoyando con los equipos de sonido,luces y publicidad en doble nueve.
Lo invite a piero para que trabaje y apoye este proyecto así como lo invite a que apoyara el histórico concierto de rock en rió rimac , al proyecto del averno como también el del cerro San Cosme , me contesto que ya que el estaría ahí.
Llego el día de la reunión en la oficina de la administración de la carpa para quedar sobre como se harían los conciertos futuros y me di con la sorpresa que se encontraba también franklin, me sorprendió su presencia , a las finales juan de dios me plantea unirme a franklin para organizar estos conciertos, yo le respondí que no , que nunca trabajaría con el, ademas que cuando yo presente mi proyecto no había ningún otro, mas aun franklin tenia fama de cabecear a los grupos.
Me pare me fui, piero se quedo con el.......... tiempo después juan de dios en un encuentro casual en una calle del centro de lima me dijo negro acosta franklin choco con el billete y piero lo apoyo, tenias razón .
Ademas juan de dios rodriguez puede certificar todo lo que escribo en estas lineas
Quiero hacer un comentario, sobre una inprecision en lo que has escrito y lo digo en buena onda, porque no es mi costumbre estar metido en la computadora buscando lo que escribe la gente, para después criticar ,pero cuando se trata de algo histórico no puede haber datos equivocados, mas cuando uno es testigo de los hechos.
ResponderEliminarEn primer lugar piero durante el periodo de barrantes nunca organizo nada, quien coordino unas veces y organizo otras los conciertos subtes de esos tiempos fui yo, aparte que trabaje como profesor en los talleres de la carpa, seguro que estas escribiendo de años después ,cuando no estaba barrantes en la alcaldía y juan de dios rodriguez seguía en su chamba de administrador de la carpa .
Piero fue parte de los conciertos o festivales de condor rock donde franklin jauregui y su revista esquina auspiciaban y organizaban estos conciertos . Quiero aclarar también esta parte, antes que la revista esquina, yo había presentado a la municipalidad un proyecto para organizar conciertos en la carpa taller , tenia el auspicio de la escuela de sonido y música LART ,apoyando con los equipos de sonido,luces y publicidad en doble nueve.
Lo invite a piero para que trabaje y apoye este proyecto así como lo invite a que apoyara el histórico concierto de rock en rió rimac , al proyecto del averno como también el del cerro San Cosme , me contesto que ya que el estaría ahí.
Llego el día de la reunión en la oficina de la administración de la carpa para quedar sobre como se harían los conciertos futuros y me di con la sorpresa que se encontraba también franklin, me sorprendió su presencia , a las finales juan de dios me plantea unirme a franklin para organizar estos conciertos, yo le respondí que no , que nunca trabajaría con el, ademas que cuando yo presente mi proyecto no había ningún otro, mas aun franklin tenia fama de cabecear a los grupos.
Me pare me fui, piero se quedo con el.......... tiempo después juan de dios en un encuentro casual en una calle del centro de lima me dijo negro acosta franklin choco con el billete y piero lo apoyo, tenias razón .
Ademas juan de dios rodriguez puede certificar todo lo que escribo en estas lineas
Gracias por tu comentario. Lo que escribí yo no se ajusta a la verdad exacta, es medio ficción. Debo haberlo escrito hace ya casi treinta años y en realidad hay muchas cosas de la carpa que nunca supe o desconozco. Bueno, asi nos vamos enterando. Un abrazo.
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